sábado, 31 de agosto de 2013

ERREPIDE- KONPONKETA HASI DA



ERREPIDEAK KONPONTZEN HASI DIRA
Abuztuaren 26an Askartzako zenbait errepide konpontzen hasi dira. Langileek egindako lana ikus dezakegu.



HA EMPEZADO LA REFORMA DE LOS CAMINOS
 


Este lunes, 25 de agosto, ha comenzado la reforma de los caminos de la localidad de Askartza-Vitoria.

miércoles, 21 de agosto de 2013

LUGARES DE INTERES COMUNITARIO




Lugares de Interés Comunitario (LIC)

Siguiendo la recomendación de la paisajista Ariane Arrausi Pérez de Guereñu exponemos en este blog  los dos Lugares de Interés Comunitario que se encuentran en el término de Ascarza.

En toda la CAV hay un total de 52 Lugares de Interés Comunitario (LIC), de los que 25 se sitúan en territorio alavés, zonas que ocupan casi 71.000 hectáreas (el 23,36% del territorio). En la Junta  Administrativa de Ascarza se encuentran la del bosque de Durruma y el Bosque de Characas compartido con Cerio y Argandoña.


Zonas con suelo encharcado entre el invierno y la primavera en el robledal de Characas.

Bosque de Characas

En el que se han distinguido cuatro zonas, la de Cerio (robledal), y las de Ilarraza y Argandoña (quejigal de Mendiluz), más el pinar de repoblación de Cerio. Incluido en el LIC de los robledales isla de la Llanada alavesa (ES2110013). Superficie aproximada 38 Ha.
 
En el año 2009 se desbrozó una franja de unos 10 m de ancho en todo el perímetro de Durruma
Ascarza, quejigal de Durruma

Con dos zonas, una al Norte y la otra al Sur, hacia Aberasturi. Incluido en el LIC de los robledales isla de la Llanada alavesa
(ES2110013). Superficie aproximada 13 Ha.
Podemos decir de entrada, tras haber visitado la zona durante las cuatro estaciones del año 2009, que los bosques de fondo de valle propuestos para este estudio por el CEA, corresponden esencialmente a dos tipos dominados por especies del género Quercus (Q. robur y Q. faginea), así como a un bosque mixto de frondosas, de carácter ribereño, en el que se ausentan las especies de Quercus, y toman su lugar los fresnos, arces y, en menor medida, chopos y sauces.
 
Una densa orla de arbustos y lianas forma la estrecha zona de contacto entre el bosque de Characas-Mendiluz y los
cultivos de Ascarza.
Los bosques (quejigales)

Dominados por Quercus faginea ocupan suelos más secos que en el caso anterior, al situarse en laderas y en cabezas de cerros. En varios casos comparten masa forestal con los robledales anteriores, pudiendo observarse el tránsito entre ambas unidades sobre el terreno. Al llegar el otoño, como el roble (Quercus robur) mantiene unas semanas más sus hojas verdes, se observa un neto contraste en el color de ambos tipos de bosque, pues en las zonas bajas continúa el colorido verde oscuro mientras que las partes más elevadas muestran una variada gama de colores amarillos, verdes y marrones, que corresponden con los tonos del follaje del quejigo
(Quercus faginea). En los trabajos enumerados en el párrafo anterior estos quejigales se han asignado a la unidad de los quejigales subcantábricos más o menos maduros: Son los quejigales de Zuazo Vitoria, Zabalgana, Mendiluz (parte alta de Characas, en Ascarza y Argandoña), Durruma (Ascarza) y Argandoña (parte alta de Sarrena).
Robledales y quejigales, de muy reducidas dimensiones, se aprovechan actualmente mediante suertes foguerales, en las que se cortan árboles o ramas de estos, y se mantienen por ello las masas en fases juveniles, que en pocos años se cierran por el rebrote de arbustos, lianas y zarzas. Este denso sotobosque arbustivo ocupa buena parte de los bosques estudiados y es muy similar en su composición florística y estructura al que forma la orla natural de los citados bosques, y mitiga el contacto entre la estructura nemoral, cerrada y estable, y las zonas abiertas e inestables, ocupadas desde hace siglos por campos de cultivo.
En contados casos como Zabalgana, Argandoña y, en menor medida Ascarza (Durruma) y Amarita, el bosque conserva todavía en su perímetro restos de otras de sus etapas de sustitución, que nos hablan de anteriores usos ganaderos de la zona. Es en dichas etapas sustitutorias, de matorral bajo y en menor medida de pasto, donde se localiza, cada vez de forma más escasa, un buen número de las especies de flora que contribuyen a mantener la diversidad biológica de la zona. Corresponden a zonas que antaño fueron pastoreadas extensivamente con ganado ovino, y hoy se muestran como etapas de pastomatorral bajo que está siendo paulatinamente invadido por matorrales espinosos altos y arbolillos jóvenes, tras el abandono de la ganadería.



Pila para leña junto a una vereda en la que contactan el robledal de la zona baja y plana de Characas, y el quejigal de
la ladera de Mendiluz.


Usos históricos:
Los quejigos de gran porte proporcionaron en el pasado madera para construcción (vigas, cabrios, cuartones, etc.). También se emplearon, junto con otros de los árboles acompañantes, para elaborar mobiliario, objetos y piezas artesanales (armarios, arcas, mangos de herramienta, collares para el ganado, etc.) pero sobre todo, su principal aplicación ha sido la obtención de leña de excelente calidad, uso que aun hoy en día es frecuente en estos bosques, donde se continúa con las suertes foguerales. Durante las tareas de campo para esta memoria se pudieron observar pilas de leña de quejigo en los bosques de Characas-Mendiluz y en la zona perimetral de Durruma. Antaño, en algunas zonas, se trasmochaban los árboles, y de ello quedan testigos en todos los quejigales estudiados.
El uso ganadero también ha sido muy frecuente, siendo muy característicos los quejigales adehesados, así como sus masas juveniles, que fueron pastados fundamentalmente por el ganado ovino. Desde mediados del siglo pasado ha desaparecido prácticamente la ganadería extensiva en la Llanada, lo que ha servido, en lo positivo, para la regeneración espontánea del bosque y el establecimiento de quejigos juveniles, al tiempo que ello acarrea, en lo negativo, una paulatina desaparición de varias de las etapas subseriales y con ello una considerable pérdida de diversidad vegetal.
Los quejigales han sufrido menor regresión en cuanto a superficie ocupada que los robledales, y en los últimos 50 años son varios los que apenas han modificado su tamaño y forma. Esto ocurre en los casos de Zuazo Vitoria (Sarbikoetxea), Zabalgana y Ascarza (Durruma). Los de Characas y Sarrena sí han visto mermada considerablemente su área, pero en menor medida que los robledales.
 
El bosque de Durruma ocupa la cabeza de un pequeño cerro rodeado de cultivos.
Los “Robledales isla de la Llanada alavesa (ES2110013)”
Están considerados como espacios clave para la conservación del hábitat.

Usos históricos:
La madera de los troncos de los grandes robles ha sido empleada en construcción (vigas y puntales), y también para traviesas del ferrocarril. También se ha usado para muebles y objetos artesanales caseros e industriales. En el pasado muchos robledales se usaron para extracción de leña mediante el desmoche de los árboles y para alimentación del ganado, manteniéndose muchos de ellos en forma de dehesas. No sólo el ganado doméstico, sino también el empleado en el trabajo del campo pastaba en las dehesas boyales próximas a los pueblos. Esto es aún observable en la estructura adehesada que conservan algunos de los robledales del presente estudio.
Pero el uso esencial que han tenido los robledales de fondo de valle de la Llanada alavesa ha consistido en su tala y erradicación para utilizar sus fértiles y profundos suelos para la agricultura. Esta paulatina sustitución de los antiguos bosques por campos de cultivo viene de muy lejos, pero alcanzó sus máximas cotas a mediados del siglo veinte. En las colecciones de fotografías obtenidas en los vuelos aéreos de 1956 y 1968 se observa cómo algunos de los bosques isla ahora estudiados formaban parte de bosques mucho más extensos. Fue precisamente a finales de los 50 y durante los años 60 cuando se dio el cambio generalizado de los animales de trabajo para las tareas del campo a los tractores y demás maquinaria. Con ello se produjeron drásticas desapariciones de bosques enteros y en general, una fragmentación y disminución de su área. Desapareció por completo la gran masa del robledal de Estarrona, que se continuaba con otro gran robledal perteneciente a Asteguieta y Gobeo. En este último pueblo persiste hoy una ínfima parte de aquel gran bosque del pasado. También se fragmentó y disminuyó notablemente el extenso robledal compartido por Ilarraza, Cerio, Ascarza y Argandoña. Lo mismo ocurrió con el bosque de Sarrena (en Cerio y Matauco), del que desapareció casi por completo su porción de robledal, que ocupaba toda la base del cerro de Estibalitz. La misma suerte corrió el denominado “Monte” de Zurbano, que entre las dos décadas de los 50 y los 60 fue completamente talado y sustituido por campos de cultivo, salvándose únicamente el pequeño bosquecillo al norte de Elorriaga y Arkaute.
Sin embargo, algunos de los bosquecillos que se mantenían adehesados para uso mixto (leña y aprovechamiento por el ganado doméstico), se han mantenido invariables en superficie y forma hasta nuestros días. Son los casos de Lopidana, Gereña y Amarita.
Las consideraciones sobre posibles medidas de seguimiento, gestión y conservación de los robledales estudiados se hacen en el punto 5 de esta memoria, junto a las de los otros tipos de bosques analizados.
 
Las flores acampanadas de Fritillaria pyrenaica se abren en zonas despejadas al borde del bosque.
QUEJIGALES DE ZUAZO VITORIA, ZABALGANA, CHARACAS,
DURRUMA Y SARRENA.

- La estructura de quejigal adehesado que todavía mantienen algunos de estos bosques (Zuazo Vitoria) o se da en pequeños corros dentro de los demás, conviene mantenerla, pues los árboles mantienen la estabilidad y frescor del suelo, que en tiempos pasados sostenía nutritivos pastos mesófilos, aprovechados tanto por el ganado doméstico como por el que se mantenía en régimen extensivo. Resulta de especial interés la presencia de árboles viejos, aunque estén desmochados, pues contribuyen en gran medida a la biodiversidad global, al servir de refugio, cobijo y alimento a numerosas formas de vida. El desbroce de estas zonas con arbolado trasmocho de cierta edad aconsejamos que se realice en parcelas de reducida extensión, para no alterar drásticamente las condiciones en el conjunto del bosque.
- Siempre hay que tener en cuenta la hora de gestionar este hábitat, un factor intrínseco a las especies del género Quercus, que es la facilidad de hibridación del árbol dominante, que no hay que perder de vista si se decide emprender plantaciones, incluso con plantas obtenidas de semilla obtenida en la misma zona o en sus inmediaciones.
- Un dato importante a tener en cuenta es que el 77 % de los quejigales de la CAPV se ubica en Montes de Utilidad Pública.
- En la actualidad ha de evitarse la desaparición e incluso la transformación de los quejigales. Solamente cuando en la masa forestal existan superficies apreciables de sus etapas subseriales podrían tomarse medidas que restringieran la colonización por el quejigo de dichas superficies, que serían sofocadas por los árboles, con notable pérdida de diversidad. Por lo mismo, convendría evaluar en cada caso (Zabalgana, Characas, Durruma, Sarrena) la conveniencia o no de fomentar el hábitat arbolado o el pastizal, en función de razones de tipo económico, ecológico y social. En cualquier caso, debe evitarse la fragmentación de los quejigales, pues ello pondría en peligro la supervivencia de las especies nemorales más exigentes.
-La gestión forestal de los quejigales convendría enfocarla para obtener la máxima diversidad estructural y específica posible, favoreciendo la regeneración natural por semilla (monte alto), evitando la eliminación de los árboles excepcionales por presentar notables dimensiones y aumentando la densidad de madera muerta en pie y en el suelo.
En los escasos rodales donde los quejigos poseen grandes fustes y una madurez de estratos suficiente, debe tenderse a favorecer la dinámica natural del hábitat. El abandono de los aprovechamientos ganaderos ha llevado a la existencia de masas achaparradas, donde deben realizarse actuaciones de resalveo (dejando en cada cepa el brote más sano y dominante), favoreciendo la regeneración de semilla e intentando preservar los árboles de mayor diámetro para que sirvan como reserva de semillas.
- Para la zona concreta de este estudio no se aconseja la mezcla del quejigo con otras especies (encina, roble, pino silvestre), pues las condiciones de humedad atmosférica  y edáfica permiten el buen desarrollo de Quercus faginea en su área potencial.
- Dentro de los quejigales es frecuente la presencia de otras especies arbustivas y arbóreas (arces, avellanos, aligustres, morrioneras, madreselvas…) que debe ser revalorizada y fomentada, sobre todo en las zonas de borde o ecotono con los cultivos, pues además de formar la orla del bosque, muchas de esas especies dan frutos muy apetecidos por la fauna forestal.
- Convendría que el aprovechamiento de madera para leña (las suertes foguerales) sirviera al mismo tiempo como un instrumento de gestión forestal, de forma que las cortas no sobrepasen al crecimiento y se realicen sobre todo en individuos accesibles, enfermos o con riesgo, sin afectar a las zonas donde se observen árboles más añosos.
- Al no existir en nuestros días aprovechamientos ganaderos en régimen extensivo en el bosque, no parece necesario establecer cercados de regeneración, pero sí dotar de adecuada protección a las zonas en las que se pudieran realizar plantaciones de finalidad recuperadora.
- Son raros los rodales de árboles trasmochos en estos bosques, y precisamente por eso, unido al valor ecológico y cultural de estos bosques, se velará por su preservación (Casos de Zuazo Vitoria, Zabalgana, Characas y Sarrena).
- Estas recomendaciones creemos que tendrían un efecto notablemente mayor si los quejigales isla dispusieran de pequeñas superficies aledañas en las que pudieran desarrollarse algunas de las etapas constitutivas de sus respectivas series dinámicas de vegetación. Dichas etapas, aunque fueran las de estructura más simple, como los pastos mesófilos (que podrían mantenerse por siega), servirían de protección para el bosque ante posibles descuidos en el manejo de los campos de cultivo adyacentes.
- En todos los casos interesa vigilar la aparición y posible progresión de especies dotadas de carácter invasor, de las que en este trabajo se han destacado algunas en el apartado de flora.
- Para las dos especies (Ilex aquifolium y Narcissus asturiensis) de plantas catalogadas en el Catálogo Vasco de Especies Amenazadas, la vigilancia y el seguimiento continuado son recomendables, para tratar de detectar a tiempo posibles cambios o incidencias negativas.
 
Aún se conserva una estrecha franja de pasto de junquillo y matorral bajo con enebros en la parte sur de Durruma.


Citación bibliográfica:
Uribe-Echebarría, P.M. (2010). Estudio “Caracterización botánica de los bosques de fondo de valle del municipio de “Vitoria-Gasteiz”Centro de
Estudios Ambientales, Ingurugiro Gaietarako Ikastegia. Vitoria-Gasteiz.

ILARGIBETEA / LUNA NUEVA



ILARGIBETEA
Ilargibetea Askartzan gaueko bederatziak eta hogeian. (2013-08-20)


LUNA NUEVA
Luna nueva en Ascarza-Vitoria a las nueve y veinte de la noche.(20-08-2013)